jueves, junio 29, 2006

Respuestas editoriales a más correo de lectores

Nos escribe Ana Marleny Bustamante en relación a nuestro trabajo de investigación y a su responsabilidad respecto de la revista Aldea Mundo de la Universidad de Los Andes (ULA), Venezuela:

De: Ana Marleny Bustamante
Para: Plagio académico
Fecha: 26-jun-2006 12:15
Asunto: RE: El "autor" reconoce todos sus plagios

Señores Plagio Académico:
Gracias por la info que me hacen llegar. Tengo la obligación y el deber de felicitarlos por el trabajo que desarrollan y espero sigan desarrollando. En lo que respecta a la Revista Aldea Mundo de la cual en algún momento tuve ALGUNA participación editorial permitame decirle que para el momento que el plagio se hizo evidente ya era imposible para mi proceder de alguna manera pues ya no formaba parte "decisoria" del cuerpo Editorial". Le estoy transmitiendo su correo a los actuales responsables en la esperanza que se haga lo correcto.
Agradeciendo una vez más su atención,
Marleny Bustamante

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Estimada Ana Marleny Bustamante:
Agradecemos su atenta respuesta. Desconocemos su participación editorial pasada y presente en Aldea Mundo pero nos vemos obligados a señalarle que en el website de la publicación se exhibe desde hace meses y hasta el día de la fecha la siguiente información:

ALDEA MUNDO, publicación arbitrada semestral auspiciada por el Centro de Estudios de Fronteras e Integración, "Dr. José Manuel Briceño Monzillo" de la Universidad de Los Andes en el Táchira

Autoridades y Miembros del Centro de Estudios de Fronteras e Integración (CEFI)
DIRECTORA Ana Marleny Bustamante

Consejo Editorial de Aldea Mundo
DIRECTORA GENERAL Marleny Bustamante de Pernía
Por otra parte, comprenderá que, como ya hemos señalado, eventuales cambios en las gestiones académica y editorial pueden delimitar responsabilidades individuales pero nunca afectar la continuidad de la responsabilidad institucional, máxime en temas de tal relevancia como la publicación y sostenimiento de estos delitos de fraude.
Desde los años 1999 a 2001, Aldea Mundo lleva publicados al menos tres plagios suscriptos por Ricardo Ramírez Suárez que hemos detallado en nuestras entregas del 13 y 27 de febrero y del 1° de mayo del corriente año.
En esas oportunidades e incluso antes -en agosto de 2004- hemos remitido distintos correos a cinco direcciones que se ofrecen en el sitio de la revista -aldeamundo@ula.ve, aldeamundo@hotmail.com, canalete@cantv.net, cefi@ula.ve, info@saber.ula.ve- y en ocasiones también a otras doce de diversos funcionarios de la ULA. No obstante, su respuesta desde una dirección no institucional es la primera que hemos recibido en años.
Esperamos que su reenvío a los actuales responsables de la revista, sea porque lo ha redirigido a direcciones no públicas que desconocemos -de hecho no son públicos los nombres de esos responsables-, sea porque su firma conlleva una autoridad institucional que la nuestra no tiene, resulte atendido con seriedad y, como Ud. señala, se haga lo correcto.
Atentamente,

***

También responde a nuestro correo Joseph L. Scarpaci Jr., geógrafo, docente e investigador del Virginia Polytechnic Institute And State University (Virginia Tech) y una de las víctimas de los plagios detallados:
De: Joseph L. Scarpaci
Para: Plagio académico
Fecha: 26-jun-2006 11:22
Asunto: Re: El "autor" reconoce todos sus plagios

Saludos
No se' por que' me enviaron esto pero mi hizo pensar de que desde hace 3 annos mas o menos, un geografo colombiano, junto con un geografo estudiante brasileiro, habian copiado/plagiado palabra por palabra un trabajo mio originalmente publicado por la Lincoln Institute for Land Policy, en Boston, Massachusetts. La cita es:
2000 Scarpaci, J.L. Heritage, Property Taxes, and Revitalization: Land Valuation in Historic Cartagena de Indias. Prepared for the Lincoln Institute for Land Policy, Inc., July, 2000, 7,000 words.
Me gustaria saber si este Sr. Ramirez es el mismo geógrafo? Cuales trabajos ha publicado el? No vi una listada en la pagina blog de Uds.
El trabajo a lo cual me refierio fue publicado en una revista brasileira de geografia de una universdidad del noreste. Le mande' un correo al director del programa y despues de varios mails, al final me respondio' diciendo de que habia roto/deconectado el vinculo/link a la revista en la cual figuraba mi trabajado plagiado.
Lo curioos del plagio fue de que yo lo esribi' en inglés, en primera person (I....). No obstante, el mismo trabajo fue publicado por dos autores y mantuvieron la voz de primera persona singular y nisquiera lo cambiaron a voz plural (We (nosotros))!
Que pena que no guarde' la cita pero si Uds. me pueden contestar estas preguntas, les agredeceria enormemente. Saludos,
Joseph L. Scarpaci
Profesor de Geografía

Department of Geography
131 Major Williams Hall
Virginia Tech, Blacksburg, VA 24061-0115 USA
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Estimado Joseph L. Scarpaci:
Agradecemos su pronta respuesta y lamentamos que, en apariencia, no haya recibido nuestro anterior correo del 13 de marzo enviado a esta misma dirección del Virginia Tech con copia, entre otras, al Lincoln Institute. En aquella oportunidad le informábamos la publicación de nuestra entrega "Alternativas de plagio del capital académico" acerca de un doble plagio a su trabajo.
En efecto, se trata del artículo en la Revista GeoNotas al que Ud. refiere pero que ya había sido publicado meses antes en la Revista Geográfica Venezolana. A través del anterior enlace a nuestro artículo puede acceder a toda la información que logramos relevar al respecto; aquí sintetizamos sólo las referencias a ambos plagios:
Ramírez, Ricardo: "Alternativas de desarrollo del capital inmobiliario en dos distritos históricos de Sudamérica" en Revista Geográfica Venezolana, número 43 (2), Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales, Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, Universidad de Los Andes, Mérida, 2002: 177-195. [ISSN 1012-1617]

Agel, Stuart Michel y Ramírez Suárez, Ricardo: "Alternatives of development of Real-Estate Capital in two South American Historic Districts" en Revista GeoNotas, volume 7, número 2, Departamento de Geografia, Universidade Estadual de Maringá, Maringá, abr- jun 2003. [ISSN 1415-0646]
A Delfina Trinca Fighera, editora de Revista Geográfica Venezolana, respondimos el 14 de marzo a propósito de su insólita crítica a nuestro trabajo y su prometido inicio de una investigación que, en rigor, ya está realizada por nosotros: el artículo es plagiado. No obstante, ya transcurrieron más de cien días, continúa disponible en el sitio de la ULA y estimamos que no ha de haber sido retractado en la versión impresa de la revista.
Por otra parte y más allá de lo que tras varios mails le haya informado quien Ud. denomina "director del programa" -suponemos que Jorge Guerra Villalobos, quien dirige el Departamento de Geografía de la Universidade Estadual de Maringá y edita GeoNotas junto con Maria Teresa de Nobrega- el plagio continúa disponible en el sitio de la universidad brasileña.
Es cierto que tras la migración de servidor y el cambio de direcciones URL, recientemente unos cuántos enlaces se les han roto y/o desconectado, pero parece tratarse de una mera negligencia técnica y no de la decisión editorial de remover fraudes -no es el único- de las páginas de GeoNotas.
Por otra parte, no hemos elaborado un listado de todos los plagios suscriptos por Ramírez Suárez pero los muchos que hemos podido constatar se hallan detallados e informados a lo largo de más de treinta artículos disponibles en nuestro sitio. Lo invitamos a recorrerlo y a observar que el mantenimiento de la persona singular (I) pese a la firma plural (we) es sólo uno de los aspectos curiosos de esta larga serie de fraudes, producidos y sostenidos con la activa complicidad de directores académicos, editores responsables, consejos editoriales, publicaciones científicas e instituciones universitarias.
Sin ir más lejos, sospechamos que ese coautor del plagio en GeoNotas -que Ud. considera estudiante brasileño y nosotros creíamos investigador ecuatoriano- carece de existencia alguna más allá de su nombre inventado por razones que no conocemos ni entendemos.
Agradecemos nuevamente su correo y el interés manifestado y ponemos a su disposición ambos plagios obtenidos en la fecha a través de internet si problemas técnicos le impidieran el acceso mediante los vínculos señalados.
Cordialmente,

lunes, junio 26, 2006

La culpa no es (sólo) del chancho

Como anunciamos el lunes pasado, hemos recibido un correo en el cual el suscripto Ricardo Ramírez Suárez asume haber cometido todos los plagios aquí investigados, detallados y publicados.
Visto la relevancia del documento respecto de los temas que nos ocupan y el necesario derecho de réplica que asiste al principal interesado, hacemos públicas sus palabras completas para formular, a continuación, nuestros propios comentarios:
De: Ricardo Ramírez
Para: Plagio académico
Fecha: 16-jun-2006 19:17
Asunto: Reconocimiento de culpa

Bogotá de 16 de Junio del 2006
Señor@s, les escribe Ricardo
Por medio de la presente quiero manifestarles mi angustia por el pecado que he cometido. He suscrito y realizado los plagios en los cuales se me acusa en este sitio de internet. Si bien todo lo que he digitado no ha sido plagiado, reconozco que lo demostrado allí, sí lo es, de acuerdo a las pruebas presentadas. Me siento tremendamente mal por lo que he realizado, y muy adolorido anímicamente.
Desde el 2004 cuando un señor llamado Víctor Manuel detectó mi error, me sentí incriminado y traté de evadir la cruda realidad en la que me encontraba.
Me disculpo con el ánimo de no perjudicar a nadie, entendiendo a su vez que existió una intención de hacerme sentir aún peor de lo que ya me sentía. Pienso que si en las publicaciones on-line, me hubieran señalado de mi error - ya sea por medio de un software especializado-, no hubiera seguido cometiendo más errores. Lamento profundamente haber ofendido - por medio de la inadecuada utilización de internet - a quienes me conocen personalmente y también a las que no, y confiaron en mi proceder y ética.
Es muy difícil reconocer los errores; había pensado en salir de esta situación tratando de cometer actos, que hoy por hoy, me doy cuenta harían mucho mas daño a mis allegados. Creo que ellos no se merecen esto, ni siquiera algunas calumnias que yo he recibido (quizás sea fruto de mis errores, pero no han sido del todo falsas estas acusaciones). Esta dura experiencia que marcará mi destino, espero que sea para un bien, al reconocer mi culpa.
Lo que puedo aconsejar con total seguridad para las personas que a distancia no conocen mi situación personal a fondo, es: no cometer ningún tipo de plagio, lo digo porque ello puede causar un dolor muy grande en las personas que uno estima y admira, esperando aprender algo de ellas.
Me he preguntado una y otra vez ¿Por qué lo hice? Creo que no quiero excusarme con alguna razón que parezca o se entienda como ridícula o tonta para algunos.
Creo que cuando empecé pensé erróneamente que no era complicado copiar y pegar de un sitio a otro, sin considerar las ideas ajenas de otros sitios de Internet y sin llegar a pensar en su momento, en las consecuencias que ello traería. El problema de fondo creo que en mi caso, radica más allá del sólo plagio como tal. Creo que a veces pasa del mero plano académico, en el sentido de que llegue a efectuar este desafortunado ejercicio con el fin de amortiguar algunos problemas que tenía, realizando estas lamentables acciones. Y en algunos casos, en un sentido de desconocimiento de la responsabilidad que implica escribir para un medio que promulga ideas o notas sobre ciencias sociales.
Ello lo digo porque considero que no es normal que una persona se dedique a realizar dichos actos, más aun, sin tener como objetivo algún tipo de retribución.
Con ello no pretendo omitir mi culpa, tan solo dar una razón del porque realice tantos errores en un mismo sentido.
Siempre se me enseño a respetar las reglas, pero desafortunadamente empecé a fallar realizando dichas acciones. Trato de recordar y creo que lo hacia cuando sentía en algunos casos que los escritos que pasaba a algunos sitios no me generaban una mayor responsabilidad y me eran aceptados sin dificultad.
Es difícil para mí reconocer estos errores, pero es necesario reconocer la importancia del trabajo de las personas que me hicieron caer en cuenta del engaño en que convivía, ello me ha cuestionado mi existencia en lo más profundo, al punto de llegar a un estado de depresión que no podría describir. Puedo decir con certeza que mi intención nunca fue hacer algo en contra de algún autor o autora e institución en particular, a todos ellos les pido mis más sinceras disculpas. Igualmente lamento que mis errores sean interpretados a veces de una forma sensacionalista, pero en fin mi objetivo no es defenderme acusando a nadie.
Creo que a partir de hoy tendré que afrontar cosas muy duras, con personas que me conocen y otras que no, y por supuesto conmigo mismo. Ojalá tenga la suficiente entereza y fuerza para afrontar el error que cometí y pido a Dios desde lo más profundo de mi corazón, que me perdone y me guié por un buen camino para aportar cosas genuinas y en pro de la sociedad. No le deseo a nadie, lo que yo estoy sintiendo en estos momentos…

Ricardo Ramírez Suárez
A Dios rogando y con el mazo dando
Ramírez Suárez comienza diciendo: "quiero manifestarles mi angustia por el pecado que he cometido" y concluye confesando: "pido a Dios desde lo más profundo de mi corazón, que me perdone".
Queremos empezar por señalar que, en nuestra consideración, la comisión de un supuesto pecado, el sentimiento de culpabilidad, el eventual arrepentimiento y el consecuente perdón divino corresponden al ámbito de la fe religiosa y, por lo tanto, a la esfera privada de cada cual. En cambio, el fraude académico, el delito de plagio, el compromiso de la responsabilidad y las eventuales acciones de enmienda pertenecen al ámbito de lo público. Nadie que haya leído con atención nuestros artículos podría dudar que son estos últimos y no los anteriores -ni otros- los temas que, semana a semana, hemos venido tratando en este sitio.
Ramírez Suárez evalúa que ha cometido un "error" e insiste con el término en nueve oportunidades a lo largo de su carta. Entendemos que un error consiste en una acción u omisión desacertada, involuntaria, no intencional, de buena fe y no consideramos que pueda aplicarse el concepto a la producción de una voluminosa -y trabajosa- serie de plagios académicos que se multiplican y extienden durante cinco años en publicaciones del mundo. Tampoco al sostenimiento por otros dos años de la fraguada tesis de un perseguidor dedicado a ocasionar perjuicios personales.
Errores tal vez puedan haber cometido los editores responsables que publicaron los plagios pero no el activo productor y suscriptor de semejante cadena de fraudes. Claro que errar es humano y por fortuna este tipo de errores resulta susceptible de reconocimiento, afrontamiento y corrección.
Ramírez Suárez también insiste con la cuestión de las redes informáticas. Son seis las ocasiones en que a propósito de los plagios refiere "otros sitios de internet" y "publicaciones on-line" e incluso considera que ha hecho una "inadecuada utilización de internet". El tema no es nuevo.
En primer lugar, queremos recordar que la amplia mayoría de los plagios se hallan editados en las versiones impresas de las publicaciones. En algunos casos -como por ejemplo el de Territorios- las ediciones en papel precedieron en años su disponibilidad en la web y en otros, nunca fueron exhibidos en soporte informático.
Otro tanto ocurre con los originales plagiados: sólo pudimos cotejar los disponibles a través de internet pero, por ejemplo, el editor de unas traducciones en soporte impreso y de circulación acotada ha confirmado el plagio a esa publicación y nos ha remitido facsímil de su presentación en la cual constatamos nuevas frases copiadas.
Por lo tanto, la relación entre plagio e internet no es más que la que hay entre fines y medios. Claro que determinadas herramientas hacen más fácil y veloz tanto el fraude académico cuanto su detección y denuncia, pero sería extraño afirmar que, desde el surgimiento de la imprenta y hasta la extensión de la informática, el delito de plagio consistiera en el uso inadecuado de los medios gráficos.
Ramírez Suárez no sólo asume haber incurrido y recurrido en el plagio sino que se posiciona como la víctima de acciones en apariencia ajenas a su responsabilidad. Afirma que "existió una intención de hacerme sentir aún peor de lo que ya me sentía", refiere "algunas calumnias que yo he recibido ([…] no han sido del todo falsas estas acusaciones) y lamenta que sus "errores sean interpretados a veces de una forma sensacionalista".
No sabemos a quiénes refiere respecto de tales intenciones, acusaciones e interpretaciones pero resulta oportuno aclarar que la calumnia consiste en la falsa imputación de un delito a sabiendas de su falsedad: cuando la acusación es verdadera y se halla comprobada y documentada se denomina denuncia y cuando el fraude cometido y ocultado se hace público el autor queda, lamentablemente, expuesto a interpretaciones sensacionalistas o de cualquier otra índole.

Quien da de comer al chancho
Por último, lo que consideramos más relevante de la carta en relación a los temas que nos ocupan. Ramírez Suárez trata de recordar cómo inició su interminable secuencia de plagios y confiesa: "creo que lo hacía cuando sentía en algunos casos que los escritos que pasaba a algunos sitios no me generaban una mayor responsabilidad y me eran aceptados sin dificultad". Y reflexiona: "pienso que si en las publicaciones on-line, me hubieran señalado de mi error […] no hubiera seguido cometiendo más errores".
Sin justificar en lo más mínimo este argumento de la permisividad editorial como motor de la producción fraudulenta, debemos coincidir en parte con Ramírez Suárez: sin la corresponsabilidad solidaria de las publicaciones no habría plagio académico o, mejor dicho, podría haber fenómenos acotados y aislados, auténticos errores de directores, editores y comités editoriales cuyos responsables asumirían y corregirían de inmediato en defensa de la producción científica e intelectual y de la credibilidad de sus publicaciones.
Ramírez Suárez no menciona en su carta ninguna acción al respecto. No plantea asumir su responsabilidad ante cada editor y exigir que se remuevan todos los fraudes que ha suscripto y publicado. Tampoco dice en qué otros trabajos ha cometido plagio y en cuáles supuestamente no: "reconozco que lo demostrado allí, sí lo es, de acuerdo a las pruebas presentadas".
Aquí no hemos terminado de mostrar todos los fraudes constatados y resulta poco verosímil el genuino arrepentimiento cuando sólo parece asumirse la responsabilidad caso por caso y contra la evidencia presentada por terceros. Pero Ramírez Suárez puede no hacer nada de todo esto: se trata de cuestiones vinculadas a la tan mencionada y manoseada ética y, en ese terreno, cada cual debería saber qué hacer, qué no hacer y cómo sentirse en paz consigo mismo.
Llevamos más de dos años de investigar y comunicar este extenso y complejo caso y casi seis meses de publicar semanalmente los resultados de esa indagación. Varios responsables de publicaciones han acusado recibo y nos han escrito; otros no, ni tenían obligación alguna de hacerlo. Un par de ellos ha retirado algún plagio de sus sitios web con reconocimiento público de su carácter fraudulento pero ha dejado algún otro por razones que no conocemos ni entendemos. Otro par ha removido algún fraude sin mención alguna a las razones y en su lugar ha quedado una suerte de falla tecnológica o agujero inexplicado. No obstante, la inmensa mayoría de las publicaciones continúa sosteniendo los plagios cual artículos académicos originales, aún a sabiendas de que se trata de transcripciones fraudulentas de otros trabajos, otros autores, otras revistas.
Se comprenderá que más allá de la confesión de parte -cuyo envío agradecemos- de Ramírez Suárez, no consideramos que el tema esté agotado ni la cuestión cerrada sino todo lo contrario: a la palabra documentada de Plagio académico se suma ahora el reconocimiento explícito del propio plagiador. Ya no hay aparente querella ni figuras duplicadas detrás de una misma firma autoral; ya no hay incertidumbre respecto del carácter de plagio de decenas de trabajos disponibles en una veintena de revistas académicas; ya no hay excusas sino el necesario desafío de hacerse cargo de una responsabilidad.
Comenzamos estas líneas refiriendo aquellas menciones al pecado y al perdón divino. Respetamos la fe de cada cual, no somos quiénes para opinar al respecto y deseamos con toda sinceridad que Ramírez Suárez pueda hallar la paz que hoy manifiesta no tener. También respetamos los refranes populares que, pese a no alcanzar la estatura de proposiciones científicas, condensan una parte insoslayable del capital social y del saber práctico de la humanidad.
De allí nuestra apelación a los necesarios golpes de mazo complementarios de todo ruego a la divinidad e incluso de toda declamación ética y de toda amarga lamentación. Y, una vez más, un llamado urgente a la responsabilidad editorial porque también está dicho que la culpa nunca es (sólo) del chancho.
Hasta el lunes.

jueves, junio 22, 2006

Sobre plagio académico y responsabilidad docente

Nos ha escrito nuevamente el profesor del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Jhon Montoya, en esta oportunidad a propósito del comunicado de Territorios que comentáramos hace unos días en "Plagio académico en territorios de lo (in)verosímil".
Montoya rechaza la convocatoria de Territorios "a los maestros universitarios, a los directores de tesis e investigaciones y educadores en general, para que hagan un esfuerzo formativo en la ética del respeto y el reconocimiento de la originalidad de las ideas de los demás". "Deja un ligero sinsabor -dice Montoya- pues de cierta manera señala indirectamente a los profesores de Ricardo Ramírez, como eventuales responsables de su falta de ética. De mi parte siempre he acostumbrado responder por mis actos con todas las consecuencias que ello acarree, pero jamás responderé por las actuaciones individuales y libres de otra persona".
Rechaza entonces el llamado "no porque sea improcedente, sino porque no concibo un profesor universitario que pueda actuar al margen de la ética allí promulgada" y sostiene que "el comportamiento de quienes violan los códigos de la producción científica, que son numerosos y no solamente es el caso en cuestión, es una responsabilidad individual y no se extiende a sus 'maestros universitarios, directores de tesis y educadores en general'".
Agradecemos el envío de Montoya y coincidimos con sus apreciaciones que resultan complementarias de otros aspectos de la responsabilidad académica y profesional de la cual mucho hemos dicho en este sitio.
La apelación de Territorios al esfuerzo docente no es la primera ni será la última que pueda leerse al respecto. Basta un relevamiento grueso de las menciones contemporáneas al plagio académico para observar la clara acentuación -cuando no la focalización exclusiva- del plagio estudiantil en ocasión estudiantil y del rol que le cabría, entonces, a los profesores.
Por supuesto que hay operaciones recurrentes y normas compartidas cuyo conocimiento hace a la formación intelectual y el docente debe informar, enseñar, proveer: cita, paráfrasis, referencia, bibliografía, marco teórico, estado del arte, diferencias entre los diversos usos de otros textos y diferencias entre esos usos y la producción de un trabajo original. Pero una vez provistos los criterios académicos y las herramientas técnicas, la responsabilidad de su uso es del estudiante y con mayor razón, del graduado, del profesional, del investigador. Quien haya aprendido noción, función y técnica de la palanca, puede utilizarla para alzar un objeto pesado o para forzar la puerta del vecino: no hay responsabilidad atribuíble al maestro de física por las decisiones éticas en su aplicación.
La misma responsabilidad -es decir, en principio, ninguna- por las acciones de Ramírez Suárez debería caberle al Departamento de Geografía de la UNAL que, según afirma Montoya, "puede mostrar, a través de los excelentes geógrafos que ha formado, que no desdeña la ética de publicación y que por el contrario los profesores insistimos permanentemente en el respeto de las normas estándar de citación y de trabajo científico".
Por último, Montoya señala que "el éxito en la publicación de textos fraudulentos es también responsabilidad de la laxitud de los comités editoriales de las revistas perjudicadas". Laxitud en la publicación de textos fraudulentos y, agregamos nosotros, al menos necedad en su negativa a la remoción.
Entonces, una vez más, responsabilidad solidaria entre quienes producen y suscriben plagios -nos consta que numerosos y no reductibles al caso que nos ocupa- y quienes los publican y sostienen aún después de constatar que se trata de meros delitos de fraude.
Hoy sí, hasta el lunes.

lunes, junio 19, 2006

Recurrentes y peligrosas tensiones y plagios

Como señalamos el último lunes, Territorios es la publicación del Centro Interdisciplinario de Estudios Regionales (CIDER) y la Asociación Colombiana de Investigadores Urbano Regionales (ACIUR) que dirige Luis Mauricio Cuervo.
En su número 6 del mes de julio de 2001, Territorios publica la recensión bibliográfica "Colombia-Venezuela: Agenda común para el siglo XXI. Socorro Ramírez y José María Cardenas. UCEVEN- UNAL- SECAB- CAF- TM Editores. 1999, Bogotá." con la firma de Ricardo Ramírez Suárez. El enlace indicado conduce al facsímil de las páginas 155-156 de la revista impresa -única versión hasta 2004- albergadas en el sitio de RedALyC.
La reseña también se halla reeditada y disponible en la versión electrónica de Territorios con algunas variaciones de sintaxis, puntuación y uso de mayúsculas en su título: "Colombia-Venezuela: agenda común para el siglo XXI. Socorro Ramírez, José María Cárdenas; Uceven- Universidad Nacional de colombia- Secab- CAF- Tercer Mundo Editores, Bogotá, 1999".
Como las irregularidades que exhibe la recensión son muchas y variadas, nos proponemos avanzar de a una en una.

1. El primer inconveniente es que el supuesto coautor del volumen no es ningún Cardenas ni Cárdenas sino José María Cadenas: en principio, resulta inadmisible tal ignorancia respecto del apellido del aparente autor cuyo trabajo se reseña.

2. Decimos "supuesto" y "aparente" porque el siguiente problema es que Socorro Ramírez y Cadenas no son los autores del libro como indica el título de la recensión. Se trata de un volumen colectivo en el cual el Grupo Académico Colombia- Venezuela reúne trabajos de autores diversos bajo la coordinación de los investigadores nombrados.
Con excepción de este fraude perpetrado por el falso reseñador, todas las referencias al volumen coinciden en este particular. Sólo como ejemplo: se les asigna el rol de coordinadores en el curriculum de Alexis Mercado -uno de los coautores-, de editores en un listado bibliográfico, de coordinadores académicos y editoriales en otro e incluso se omiten sus nombres y se referencia el volumen como de varios autores en un trabajo de Marcelino Bisbal, otro coautor -en colaboración con Jesús Martín Barbero y Germán Rey- de uno de los muchos artículos compilados.
Por si fuera poco, un informe de actividades del Grupo Académico Colombia- Venezuela, explicita:
La segunda [etapa], entre 1997 y 1999, con el apoyo a las dos universidades promotoras de este esfuerzo por parte del PNUD, la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Convenio Andrés Bello (CAB) y de las dos cancillerías construimos el Grupo Académico con el fin de elaborar un informe binacional […] Los resultados fueron publicados en el libro Colombia-Venezuela: agenda común para el siglo XXI
[…] Los coordinadores de este esfuerzo binacional: José María Cadenas de la UCV y Socorro Ramírez del IEPRI de la Universidad Nacional de Colombia.
Nada dice la recensión respecto de este rol de coordinación ejercido por Ramírez y Cadenas; ni de autores, títulos ni temas de los artículos compilados; ni siquiera del carácter colectivo del trabajo que reseña. Como mínimo se trata de una negligencia insoslayable pero a estas alturas ya nada suscripto por Ramírez Suárez debería causar sorpresa.
Ni siquiera el hecho de que el ciento por ciento del texto constituye flagrante plagio académico.

3. El párrafo inicial, meramente presentativo de la temática, plagia el comienzo de "Tratamiento binacional de asuntos ambientales en regiones fronterizas: la experiencia colombo-venezolana" de Guillermo Colmenares Finol publicado en La integración fronteriza en el Grupo Andino y en la Unión Europea: Experiencias, opciones y estrategias, Centro de Formación para la Integración Regional (CEFIR), Montevideo, 1994, páginas 233-241. El documento reúne trabajos presentados en la conferencia de igual nombre realizada aquel mismo año en Cartagena de Indias y el artículo de Colmenares Finol puede consultarse en las páginas 130-135 del archivo al cual conduce el anterior enlace:
A lo largo de la historia y desde su nacimiento como naciones, las relaciones entre Colombia y Venezuela han estado caracterizadas por su situación de vecindad, con las ventajas y los conflictos que se derivan de la existencia de una extensa frontera común de aproximadamente 2,200 Km. (Colmenares Finol)

A lo largo de la historia y desde su nacimiento como naciones, las relaciones entre Colombia y Venezuela han compartido situaciones comunes, caracterizadas por su situación de vecindad. […] Hoy tienen una frontera viva de aproximadamente 2000 Km. (Ramírez Suárez)
Entre el original y su ilegible copia -las relaciones han compartido situaciones caracterizadas por su situación...- la frontera viva se redujo, aproximadamente, en doscientos kilómetros.

4. Lo que sigue a lo largo de extensos siete párrafos que constituyen casi toda la recensión es transcripción descarada del breve artículo "Colombia- Venezuela. Canales de comunicación para prevenir el conflicto" suscripto por la propia Socorro Ramírez en colaboración con Miguel Hernández Arvelo y publicado en 2000 en el número 110 de la Revista del Sur que edita la Red del Tercer Mundo con secretaría latinoamericana en Montevideo.
El trabajo también puede leerse, bajo título y fecha coincidentes, en la publicación on line venezolana Analitica.com cuya dirección editorial ejerce Emilio Figueredo.
Sólo como muestra del nulo trabajo de recensión y de la cómoda tarea de copiado, va completo uno de los numerosos párrafos plagiados:
La confianza mutua entre las dos naciones es indispensable. No sólo porque Colombia y Venezuela están irremediablemente abocados, por geografía, historia y cultura, a construir su futuro en estrecha cooperación, sino porque en esta época de globalización y regionalización necesitan presentar un frente común en las negociaciones ante terceros. Unidos, los dos países presentan un potencial considerable. Constituyen, además, el motor indispensable de la Comunidad Andina y el puente entre la América del Sur y la del Norte. (Ramírez y Hernández Arvelo)

La confianza mutua entre las dos naciones es indispensable. No sólo porque Colombia y Venezuela están irremediablemente abocados, por geografía, historia y cultura, a construir su futuro en estrecha cooperación, sino porque en esta época de globalización y regionalización necesitan presentar un frente común en las negociaciones ante terceros. Unidos, los dos países presentan un potencial considerable. Constituyen, además, el motor indispensable de la Comunidad Andina y el puente entre la América del Sur y la del Norte. (Ramírez Suárez)
En algunas ocasiones -hay que decirlo- el plagiador se permite sutiles variaciones. Donde Ramírez y Hernández Arvelo afirman haber asistido, Ramírez Suárez dice que se desarrollaron: quizás no haya comprendido que ese nosotros es inclusivo y esa asistencia, figurada; quizás sólo haya preferido dar rienda a su pequeña inventiva escritural:
Hemos asistido a sucesivas suspensiones de las reuniones entre presidentes, cancilleres, comisiones fronterizas y de funcionarios de diversos mecanismos institucionales que desde hace una década sistemáticamente se encontraban para el manejo de asuntos claves de la vecindad. (Ramírez y Hernández Arvelo)

Se han desarrollado sucesivas suspensiones de las reuniones entre presidentes, cancilleres, comisiones fronterizas y de funcionarios de diversos mecanismos institucionales que paradójicamente desde hace una década se encontraban para el manejo de asuntos claves de la vecindad. (Ramírez Suárez)
5. Hacia el cierre, la reseña vuelve sobre el ya mencionado artículo de Colmenares Finol, esta vez para reproducir el inicio de su apartado número "2. Situación actual". Recuérdese que la actualidad del trabajo de Colmenares Finol remite a 1994; siete años más tarde, el plagiador parece tomar el recaudo de sustituir la referencia a un preciso quinquenio con otra de mayor vaguedad. Interrumpimos las citas debido a lo extenso del párrafo pero el plagio continúa, literal, hasta el final:
En el último quinquenio se ha ido superando la actitud de la mayoría de los colombianos y venezolanos sobre el concepto de nación como un todo aislado, evolucionándose hacia la aceptación de un concepto más amplio, que involucra el deseo de una convivencia más armónica. Se ha tomado conciencia sobre la incuestionable realidad de que el futuro de ambos países depende del desarrollo de una cultura de integración [...]". (Colmenares Finol)

En los últimos años se ha ido superando la actitud de la mayoría de los colombianos y venezolanos sobre el concepto de nación como un todo aislado, evolucionándose hacia la aceptación de un concepto más amplio, que involucra el deseo de una convivencia más armónica. Se ha tomado conciencia sobre la incuestionable realidad de que el futuro de ambos países depende del desarrollo de una cultura de integración [...]". (Ramírez Suárez)
6. Para el remate final, Ramírez Suárez opta por regresar al plagio a Ramírez y Hernández Arvelo pero tropieza de tal modo en su copy & paste que termina afirmando una absoluta barbaridad:
Separados, Colombia y Venezuela no sólo se tornan más débiles sino que se convierten en un obstáculo insalvable para cualquier proceso de integración latinoamericana en la perspectiva de las negociaciones del área de libre comercio de las Américas. Y pueden servir de "idiotas útiles" para los intereses de Washington que sacará ventajas de la crisis andina y de la dinámica interna de Colombia y Venezuela.
Si no se fortalecen y multiplican los canales de comunicación y diálogo entre los dos países, los recurrentes y peligrosos escalamientos de la tensión diplomática entre los gobiernos puede enredarlos en un conflicto, con impredecibles y dañinas consecuencias para ambas naciones y para toda América Latina. (Ramírez y Hernández Arvelo)

Considero que si no se fortalecen y multiplican los vínculos entre los dos países, las recurrentes y peligrosas tensiones diplomáticas entre los gobiernos no sólo se tornan más débiles sino que se convierten en un obstáculo insalvable para cualquier proceso de integración latinoamericana en la perspectiva de las negociaciones del área de libre comercio de las Américas. (Ramírez Suárez)
Plagio y collage mediante, el remate de la reseña resulta una propuesta sumamente curiosa: desde las páginas de Territorios y desde hace cinco años, Ramírez Suárez propone trabajar para que las tensiones diplomáticas se hagan más recurrentes y más peligrosas a fin de que no obstaculicen los procesos de integración regional.
Toda una novedad en materia de política internacional y una pena que no se haya incluido en el plagio aquella referencia a los "idiotas útiles" ya que resultaría de sumo interés saber qué lugar les asignaría la sorprendente propuesta.
Eso sí, una vez más, se enuncia desde la experta "consideración" de una primera persona del singular que, no obstante, apenas si alcanza a balbucear unas cuantas palabras robadas.

***

La última semana hemos recibido dos correos a los cuales nos referiremos en nuestras próximas entregas.
El primero de Jhon Montoya, profesor del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia, donde señala diferencias con Territorios respecto de ética, fraude y responsabilidad docente. Publicaremos su posición y nuestro comentario en el transcurso de esta semana.
El segundo lo suscribe Ricardo Ramírez Suárez asumiendo que ha cometido todos los plagios que aquí hemos analizado, detallado y comentado.
Sus argumentos y los nuestros, el próximo lunes.

lunes, junio 12, 2006

Plagio académico en territorios de lo (in)verosímil

Lo verosímil
"Un día, en el siglo V a.C., en Sicilia, dos individuos discuten y se produce un accidente. Al día siguiente aparecen ante las autoridades, que deben decidir cuál de los dos es culpable. Pero, ¿cómo elegir? La disputa no se ha producido ante los ojos de los jueces, quienes no han podido observar y constatar la verdad; los sentidos son impotentes; sólo queda un medio: escuchar los relatos de los querellantes. […] Platón escribirá amargamente: 'En los tribunales, en efecto, la gente no se inquieta en lo más mínimo por decir la verdad, sino por persuadir, y la persuasión depende de la verosimilitud.'"
Así comienza "Lo Verosímil. Introducción", prólogo de Tzvetan Todorov al volumen colectivo Lo Verosímil. Sin la amargura que Todorov atribuye a Platón y en la creencia de que la verdad es una propiedad socialmente adjudicada a ciertos objetos de producción siempre colectiva, así iniciamos este comentario sobre un caso que, en buena parte, también se vincula a querellas, relatos y verosímil.

Territorios
Territorios es una publicación del Centro Interdisciplinario de Estudios Regionales (CIDER) de la Universidad de Los Andes (Uniandes) y la Asociación Colombiana de Investigadores Urbano Regionales (ACIUR). Se edita en versión impresa y desde 2004 también electrónica y se halla bajo la dirección editorial de Luis Mauricio Cuervo.
La actual página de acceso al sitio de Territorios, en su sección "Tema del mes" y bajo el título "De la producción de conocimiento", ofrece un enlace al texto completo de ese "Comunicado de Territorios" fechado el 10 de febrero de 2006.
Más de la mitad de la comunicación desarrolla una serie de proposiciones generales acerca de la producción social del conocimiento, la práctica colectiva del saber científico y la ética del reconocimiento del esfuerzo ajeno. No podemos disentir con estas premisas generales que son parte de nuestra postura manifestada en diversas oportunidades a lo largo de la serie de artículos publicados en este sitio.
A continuación, Territorios aborda la cuestión particular que amerita su declaración editorial. También puede accederse al texto a través de una página de inicio alternativa en la cual los editores habrían optado por el título "Sobre plagio académico", que juzgamos más adecuado al tema específico del escrito. No por azar, el comunicado aparece tres semanas después de la apertura de Plagio académico y una vez que iniciáramos nuestro firme plan editorial de detallar todos y cada uno de los fraudes suscriptos por Ricardo Ramírez Suárez.
Reproducimos aquí unas cuantas líneas de la comunicación de Territorios que hoy queremos comentar en extenso:
La credibilidad de la Asociación Colombiana de Investigadores Urbano Regionales (ACIUR) está comprometida por la oleada de acusaciones de plagio recibidas por uno de nuestros colegas, joven geógrafo colombiano, Ricardo Ramírez. Como respuesta a estas acusaciones, surgidas desde hace más de dos años e intensificadas recientemente, Ricardo ha declarado ser objeto de una persecución personal por parte de un personaje anónimo que, según Ricardo declara, está empeñado en enlodar su imagen. La ACIUR ha establecido la veracidad de varias de las acusaciones de plagio hechas a Ricardo, pero se reconoce incompetente para adelantar una investigación que permitiera determinar si Ricardo está siendo objeto de una persecución personal, como él lo ha afirmado, puesto que no contamos con las herramientas de investigación y de seguimiento que permitirían establecerlo. Estamos firmemente convencidos del derecho a la defensa con el que Ricardo cuenta, pero también nos sentimos obligados a aclarar que la ACIUR no ha alentado ni alentará este tipo de comportamientos -ni el plagio ni la persecución- [...]
Ricardo Ramírez es, por supuesto, Ramírez Suárez quien habitualmente usa su doble apellido tal como lo hace al suscribir sus cinco reseñas publicadas por Territorios.
En primer lugar y visto que Territorios defiende la ética "del respeto por las ideas del otro, la del reconocimiento de su origen, la del esfuerzo personal por comunicar", hubiera sido oportuno que no diluyera las detalladas e informadas investigaciones de Plagio académico en una inespecífica "oleada de acusaciones de plagio […] intensificadas recientemente" y mencionara la fuente documental de su genuina preocupación. Que sepamos, no hay otros medios que hayan investigado, comunicado y publicado los plagios firmados por Ramírez Suárez por lo que tal oleada se reduce al trabajo intelectual y escritural de este único sitio y de sus editores.
Territorios sostiene que Ramírez Suárez -no tenemos con él la cercanía que habilite llamarlo "Ricardo"- manifiesta ser perseguido por "un personaje anónimo" y que la ACIUR ha constatado que varias acusaciones son veraces. En el comunicado de Territorios no se comprende en qué consistiría una "persecución personal" basada en la denuncia pública de fraudes constatados.
A fin de que se entienda la trama policial urdida por Ramírez Suárez y el burdo intento de escape a sus graves responsabilidades, queremos ampliar la información con un envío que nos hiciera hace casi dos años y en el cual ya desarrollaba su tesis de la difamación sin escrúpulos y la suplantación de identidad. Como corresponde, la transcripción es literal:
De: Ricardo Ramírez
Para: Deliverio Gillette
Fecha: Tue, 3 Aug 2004 15:44:55
Asunto: GRAVE ERROR

Estimado Deliverio Gillette
Me encuentro asombrado de los alcances que pueden llegar las personas para difamar a otras.
Me he enterado que han creado un correo electornico y ademas has obtenido algunso datos personales, cuando estuve inscrito para la ACIUR, en efecto soy un honesto y digno geógrafo Colombiano. PERO JAMAS HE REALIZADO PLAGIO ALGUNO, lamento que personas inescrupulosas se hallan hecho pasar por mí, yo he escrito como investigador solo reseñas y uno que otro articulo pero nunca en revistas electrónicas ni en Colombia ni en nigún otro pais.
Agradesco al señor Victor de el magazin por poner de manifiesto los malos manejos que deja la INTERNET que asi como no tiene control sobre lo que se escribe tampoco hay un cotrol sobre quien escribe.
Lamento esta situación, me deja profundamente triste, ya que soy un joven investigador que en ningun momento quiere hacer quedar mal a una institucion como la ACIUR la cual no creo que tenga absolutamente nada que ver en este asunto. ya puse al tanto a las autoridades, ya que ha estas personas que se han hecho pasar por mi son personas que lamentablemente ya identifique y que por cuentiones policiales las autoridades me han pedido no delatarlas mientras que se les adelanta el respectivo proceso. POR FAVOR ANTES DE PROMULGAR LOS CORREOS SERCIORANOS PRIMERO CON LOS PERJUDICADOS.
Me siento muy triste si me estan difamando mi nombre y buena honrra en redes electronicas de investigadores ya que yo soñaba algun dia en ser un buen investigador......
mis más sinceros saludos

Ricardo Ramírez Suárez
Este envío fue remitido alrededor de doce horas después de que pusiéramos al tanto a los interesados acerca de la publicación de una nota ya mencionada en el editorial que inauguró este sitio; nota en la cual se brinda información sobre seis plagios del falso autor y no se manifiesta crítica, denuncia ni comentario alguno respecto de internet.
En esas escasas horas Ramírez Suárez había tenido tiempo de enterarse por terceros, entrar y salir de su asombro, investigar plagios y originales, identificar a los responsables -es decir que por entonces no era "un personaje anónimo" sino personas plurales y conocidas- y denunciarlos ante unas autoridades que ya habían formulado sus consejos y abierto el respectivo proceso. Lo que se llama una mañana sumamente productiva...

Lo (in)verosímil
Territorios se manifiesta convencida del derecho a la defensa que asiste a Ramírez Suárez. Nosotros también y no sólo en eventuales tribunales sino, primero y ante todo, en el intercambio discursivo que le permita plantear y sostener sus argumentos y contraargumentos. Tras dos años, sólo hemos visto remakes de la oscura fábula de unos difamadores, primero identificados y después anónimos, empeñados en "enlodar su imagen". Imagen que ignoramos cuál sería en su faz no enlodada: Ramírez Suárez -ya lo hemos dicho- parece carecer de inserción académica, antecedente profesional o publicación genuina; afirma que ha "escrito como investigador solo reseñas y uno que otro artículo" pero todas las publicaciones que investigamos, reseñas y artículos, constituyen flagrante fraude.
A través del comunicado de Territorios, la ACIUR "se reconoce incompetente para adelantar una investigación que permitiera determinar si Ricardo está siendo objeto de una persecución personal". Comprendemos que, en efecto, dicha investigación excede los medios y atribuciones de una asociación académica.
No obstante, nos preguntamos cómo llegaron las cinco reseñas suscriptas por Ramírez Suárez a las páginas de otros tantos números de Territorios, si fueron remitidas por correo electrónico desde la dirección apócrifa abierta por un difamador o entregadas en mano por el autor a algún responsable de la revista. En otras palabras, si la ACIUR y Territorios pueden dar fe de que su miembro y colaborador Ramírez Suárez -a quien afectuosamente llaman "Ricardo" en un comunicado público e institucional- es una persona de existencia real y visible o bien podría tratarse del mismo personaje que según otro Ramírez Suárez, verdadero, estaría empeñado en enlodarlo.
El Ramírez Suárez que se asume víctima de una persecución reconoce haber estado "inscrito para la ACIUR" y Cuervo nos confirmaba hace casi dos años que "Ricardo Ramírez ha colaborado con nuestra asociación". Pero ¿cuál de ellos?, ¿el geógrafo acosado o su anónimo acosador?
Lo ridículo de la tesis del personaje anónimo y persecutor es evidente: el difamador habría remitido unas reseñas bajo el nombre de Ramírez Suárez que Territorios publicó durante años sin consultar a Ramírez Suárez, miembro de la ACIUR. A su vez, Ramírez Suárez habría pasado años sin notar que la revista Territorios, órgano de la ACIUR, publicaba unas reseñas a su nombre que jamás había escrito.
Quedan, además, una enorme cantidad de preguntas sin respuesta verosímil. ¿Por qué el activo difamador nunca envió anónimas denuncias a la ACIUR, Territorios u otras instituciones vinculadas a Ramírez Suárez si su perverso fin era descalificarlo y perjudicarlo? ¿Por qué dedicó cinco silenciosos años de su vida a multiplicar plagios en una veintena de revistas del mundo y esperó a que el puro azar condujera a terceros a descubrir los fraudes? ¿Por qué cesó abruptamente su hasta allí inútil campaña de difamación -difamar es desacreditar públicamente y no en una intimidad ignorada hasta por el difamado- en el preciso momento en que la denuncia de los plagios se puso en conocimiento de directores, editores responsables y autores plagiados?
La buena novela policial tiene su propia verosimilitud que suele excluir de plano su inscripción en los territorios del absurdo. En esta historia mal narrada, como en cualquier ficción mal guionada del género policial, termina por ocurrir lo que ya todos sabíamos que ocurriría: recensiones publicadas en Territorios durante 2001, 2002 y 2003 con la firma de (algún) Ramírez Suárez, también constituyen plagio.

Plagio académico
La ACIUR -ni Territorios- podrá no contar con herramientas para investigar el más allá de la poco sólida trama pergeñada por Ramírez Suárez pero así como "ha establecido la veracidad de varias de las acusaciones de plagio" -y si sólo recorre una a una estas páginas puede establecer la veracidad de todas- bien podría haber investigado a lo largo de los dos últimos años las reseñas firmadas por el falso autor y editadas en su revista. ¿Acaso no basta haber constatado que varios trabajos suscriptos por Ramírez Suárez son plagios para indagar en aquellos textos que se exhiben con idéntica firma en una publicación propia?
La ACIUR -vía Territorios- plantea que no alienta el plagio, se compromete a incrementar sus cauciones editoriales, invita a otras publicaciones a observar cuidados semejantes y convoca a "un esfuerzo formativo en la ética del respeto y el reconocimiento de la originalidad de las ideas de los demás". Nos parece muy bien. Resta saber si, además de no alentarlo -no creemos que lo aliente-, condena el fraude académico y comienza por combatirlo en la revista que se edita bajo su responsabilidad.
La ACIUR y Territorios pueden optar por alinearse junto a la frondosa imaginación de Ramírez Suárez, compartir sus pobres balbuceos argumentales y hacer de la certeza paranoide su propia duda radical. Pueden explicitar su rechazo, prescindencia y equidistancia respecto de "este tipo de comportamientos" (el plagio académico constatado y la imaginaria persecución personal) pero lo que no pueden -éticamente hablando- es ignorar ni sostener el plagio en sus propias páginas.
La capacidad de declamar las grandes cosas suele correlacionarse con la dificultad para intervenir en las más pequeñas y la ensayística acerca de una ética de la producción del saber académico, con preocupantes fenómenos de parálisis y cegueras en el ejercicio de la responsabilidad editorial.
Como bien sostiene la comunicación de Territorios, "la credibilidad de la ACIUR está comprometida" pero, a la vez, la oportunidad es inmejorable para recomponerla, fortalecerla y señalar un camino que muchas publicaciones académicas desconocen, sea por acción u omisión. No será mediante comunicados declamatorios de corte filosófico ni reflexiones sobre fabulaciones pueriles y alocadas como aprovechará esa oportunidad.
Al menos desde Platón y hasta nuestros días, la credibilidad no es más que otro nombre de lo verosímil.

Qué hacer y quehacer editorial
Hubiéramos cerrado aquí nuestra entrega de la fecha a no ser por la invitación que ACIUR y Territorios hacen sobre el cierre de su comunicado: "El debate sigue abierto y agradeceremos a quien desee hacerlo, aclararlos e iluminarnos acerca de si nos compete tomar alguna medida adicional".
Aclarar e iluminar resultan metáforas exageradas para el alcance de nuestras humildes opiniones y aunque no hemos sido convocados a la lectura ni mencionados en el texto, nos sentimos incluidos en esa invitación amplia y queremos sugerir algunas medidas que sólo podrían denominarse adicionales si le cupiera el nombre de medida al diálogo sostenido por los responsables de la ACIUR con el sistemático plagiador o a la publicación en Territorios de la comentada comunicación.
En rigor, nos asalta un déjà vu y nos parece haber repetido estos sencillos conceptos otras veces:
- Sería necesario que retiren con carácter urgente de las páginas de Territorios los plagios suscriptos por Ramírez Suárez y en su lugar ofrezcan las pertinentes explicaciones y disculpas a lectores, autores e instituciones.
- Asimismo, que implementen los medios adecuados para llevar adelante retractaciones y advertencias semejantes en todos los ejemplares de la versión impresa de la revista que tengan circulación pública.
- Por último, que soliciten medidas análogas a todas las publicaciones que exhiben plagios de Ramírez Suárez con compromiso explícito de su credibilidad institucional ya que los suscribe en carácter de miembro de la ACIUR.
Hasta el lunes.

lunes, junio 05, 2006

La resistencia que no se resiste al plagio

La Revista Electrónica de Motivación y Emoción (R.E.M.E.) es una publicación electrónica albergada en el sitio de la Universitat Jaume I de Castellón de la Plana, España, bajo la responsabilidad editorial de Enrique Fernández-Abascal, Francesc Palmero Cantero y Francisco Martínez Sánchez.
Hacia fines de 2001, Ricardo Ramírez Suárez trama otra de sus pretendidas reseñas bibliográficas que R.E.M.E. publica en su volumen 4, número 8-9 bajo el título de "Recensión de 'La Resistencia', Ernesto Sábato (2000), Seix Barrel [sic] Editores". El falso reseñador se reclama de la "Asociación Colombiana de estudios [sic] urbano regionales (Colombia)", país al cual suelen pertenecer las asociaciones colombianas.
La recensión se inicia con un verbo fuertemente evaluativo conjugado en una rotunda primera persona del singular: "Considero que una de las enseñanzas de la obra La resistencia de uno de los grandes escritores contemporáneos como lo es Ernesto Sábato a manera de crítica persuasiva..." pero a partir de aquí, como siempre, Ramírez Suárez cede la palabra aunque mantenga su rúbrica autoral.
En efecto, siguen siete párrafos sobre axiología que están plagiados de un trabajo informal de resumen acerca del tema. El documento, titulado "Qué son los valores?", está albergado en el sitio del Proyecto Alma Mater de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG), Venezuela y si bien el sitio está fuera de servicio debido a aparentes razones de mantenimiento, puede accederse al trabajo en la memoria almacenada en Google a través del enlace indicado aunque no podemos asegurar por cuánto tiempo.
El carácter "informal" que atribuimos a ese resumen no es peyorativo puesto que el propio texto viene encabezado con una frase que advierte: "Le estoy enviando el material para la próxima clase. Pilar" y ésa es toda posible referencia autoral. Es muy probable que se trate de una síntesis didáctica del libro homónimo ¿Qué son los valores? Introducción a la axiología de Risieri Frondizi visto que incluye, al menos, una definición literal de ese autor según refiere otro trabajo sobre ética médica disponible en la red: "Precisamente, 'los valores -anota el mismo Frondizi- no son cosas ni elementos de cosas, sino propiedades, cualidades sui generis, que poseen ciertos objetos llamados bienes'" (FCE, México, 1986, p.17).
Pero en definitiva Ramírez Suárez no parece plagiar a Frondizi sino esos apuntes de apoyo bibliográfico a alguna actividad docente. Sólo por dar un ejemplo del extenso plagio que rellena una tercera parte de la reseña:
Se habla de valor para indicar la utilidad o precio de los bienes materiales, o el mérito o dignidad de las personas. Cicerón define el valor como: "Lo conforme a la naturaleza o lo digno de elección" Por mucho tiempo el valor se identificó con el Bien. Sin embargo, los valores no son cosas, ni elementos de las cosas, sino propiedades, cualidades sui-generis que poseen ciertos objetos llamados bienes. (Apunte sin firma)

Se habla de valor para indicar la utilidad o precio de los bienes materiales, o el mérito o dignidad de las personas. Cicerón define el valor como: "Lo conforme a la naturaleza o lo digno de elección" Por mucho tiempo el valor se identificó con el Bien. Sin embargo, los valores no son cosas, ni elementos de las cosas, sino propiedades, cualidades sui-generis que poseen ciertos objetos llamados bienes. (Ramírez Suárez)
Como puede verse, el copy & paste es tan evidente que incluso reproduce la omisión del punto final tras la frase atribuída a Cicerón. A partir de aquí, la falsa recensión avanza por collage de frases y párrafos robados aquí y allá pero, ante todo, a la propia contraportada de La resistencia, que plagia completa. Por ejemplo:
Ernesto Sábato lanza un mensaje esperanzado al océano de individualismo y pobreza existencial en el que navegamos por estos tiempos, y su palabra es un llamado a la capacidad de resistir. (Contraportada)

Ernesto Sabato lanza en este sentido un mensaje esperanzado en el océano de individualismo y pobreza existencial en el que navegamos por estos tiempos. Y su palabra es un llamado a la capacidad de resistir. (Ramírez Suárez)
Como no podía ser de otro modo, también reproduce sentencias completas de Sábato sin apelación a comillas ni referencia. Algunas de ellas, extraídas de La resistencia, pueden consultarse en una página italiana que las reproduce para la práctica de la lectura del español. Así plagia, por ejemplo, una frase en la que introduce una variación (productivos por producidos) que indica una ignorancia supina respecto del idioma:
La total asimetría en el acceso a los bienes producidos socialmente está terminando con la clase media, y el sufrimiento de millones de seres humanos que viven en la miseria clama al Cielo, está permanentemente delante de los ojos [...] Esta crisis [...] es la crisis de toda una concepción del mundo y de la vida basada en la idolatría de la técnica y en la explotación del hombre. (Sábato)

La total asimetría en el acceso a los bienes productivos socialmente esta terminando con la clase media, y el sufrimiento de millones de seres humanos que viven en la miseria está permanentemente. Esta crisis es toda una concepción del mundo y de la vida basada en la supervaloración de la técnica y en la explotación del hombre. (Ramírez Suárez).
Como ya ha sucedido en otros escandalosos fraudes, fatalmente distraído o enamorado de la frase, apenas dos párrafos más abajo Ramírez Suárez repite: "Esta crisis es toda una concepción del mundo y de la vida basada en la supervaloración de la técnica y en la explotación del hombre".
Sobre el cierre y ya encarando una "Conclusión", vuelve a la contraportada del libro reseñado y -en un nuevo índice de mala fe- a esa primera persona que evalúa, juzga y opina desde un yo irreductible:
La Resistencia es un libro para aquellos que saben leer los símbolos que se abisman entre uno y el universo: la incomunicación, el culto a sí mismo, la reverencia a los dioses de la televisión, el trabajo deshumanizado, el imperio de la máquina sobre el ser, el sometimiento y la masificación, el creciente sentimiento de orfandad, la competencia feroz y el vértigo apocalíptico en el que toda posibilidad de diálogo desaparece. (Contraportada)

Considero que escritos como La resistencia nos permite comprender los símbolos que se abisman entre uno y el universo: la incomunicación, el culto a sí mismo, la reverencia a los dioses de los medios de comunicación, el trabajo deshumanizado, el imperio de la máquina sobre el ser, el sometimiento y la masificación, el creciente sentimiento de orfandad, la competencia feroz y el vértigo apocalíptico en el que toda posibilidad de diálogo desaparece. (Ramírez Suárez).
Y es verdad: "toda posibilidad de diálogo desaparece" si uno de los dialogantes no tiene palabra y arma sus falsos diálogos con recortes plenamente ajenos. Sería oportuno que, al menos, no enunciara desde la parada de ese yo inflado a fuerza de fraude.
Hasta el lunes.

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