lunes, agosto 28, 2006

Tres revistas académicas removieron sus plagios

Iniciamos hoy una breve revisión de la situación actual de los al menos treinta y tres fraudes exhibidos a través de internet que aquí ya hemos investigado, comprobado, detallado y publicado. Comenzamos por aquellas publicaciones que han emprendido alguna acción al respecto. Se trata de una minoría: siete sobre diecinueve revistas cuyos plagios han sido constatados o, si se prefiere, siete sobre veintiseis -ya hemos informado acerca de las otras siete- que han editado escritos bajo la firma de Ricardo Ramírez Suárez. Sería discutible incluir en la categoría a una octava, Posición Internacional, cuyo plagio desapareció de la web con el conjunto de sus números anteriores al migrar de servidor informático.
No repetimos ni enlazamos aquí la información ya publicada que puede leerse a través de los vínculos a nuestros anteriores artículos en los que detalláramos los fraudes y los datos pertinentes de las publicaciones comprometidas: instituciones responsables y/o auspiciantes, directores, editores y coordinadores, volúmenes, números, años y páginas, etc.

Empezamos por la terna de revistas pertenecientes a la Universidad de Los Andes (ULA). Además de su adscripción a la misma institución, tienen en común ser las únicas que retiraron todos los plagios de sus servidores web con los necesarios comentarios acerca de las razones. Sólo tres de diecinueve, o tres de veintiseis si gusta aplicarse el criterio más abarcativo del caso.
La tarea -nuestra- no ha sido fácil en términos de investigación ni de comunicación: un robot informático inaccesible, una editora descalificadora y poco cortés, una coordinadora atenta aunque crítica, una directora cordial sin participación en su revista: al cabo y pese a las dificultades, interlocutores. En definitiva y tras dos años de trabajo -nuestro- es justo reconocer que estas revistas hoy se cuentan entre las poquísimas que han removido los artículos de internet con mención explícita a su carácter fraudulento. Vamos entonces a su detalle.

Entre 2000 y 2001 Aldea Mundo publicó una recensión, un artículo y una entrevista suscriptos por Ramírez Suárez. Los tres archivos han sido eliminados del directorio que los albergaba y los enlaces a aquellos plagios conducen a leyendas casi idénticas. Valga como ejemplo la primera de ellas: "NOTA: 'Este artículo fue removida por evidencias demostradas de plagio académico y fraude. La Coordinación. (Fecha: 29-06-06)'".
Lamentablemente esa reseña, "Globalización imaginada", continúa disponible en el sitio de RedALyC donde también pueden consultarse los otros dos plagios: "Homenaje al sociólogo internacional Manuel Castells" y "Hacia un análisis conceptual de la identidad fronteriza". Este último, además, se halla disponible en la Biblioteca Digital Andina. Por supuesto, en todos los casos, con los correspondientes créditos al falso autor y a las respectivas ediciones de Aldea Mundo.
Impedir que esos plagios circulen bajo su rúbrica institucional, advertir a estas redes acerca de su carácter y exigir su remoción completa de esos sitios, son responsabilidades de Aldea Mundo pendientes de resolución.

La revista Geoenseñanza también publicó tres fraudes de Ramírez Suárez entre 2000 y 2003: dos reseñas y un obituario. Sus responsables los han ido retirando de la web aproximadamente al mismo que ritmo que aquí los fuimos detallando: 6 de mayo, 29 de junio y 9 de agosto. En sus accesos figuran ahora leyendas idénticas a las que utiliza Aldea Mundo; por ejemplo, en el caso de la última remoción: "Nota: Esta reseña fue removida por evidencias demostradas de plagio académico. La Coordinación. (09-08-2006)".
En este caso no hemos identificado otras copias en otros espacios de la web, por lo que estas remociones parecen ser de las más efectivas que se hayan operado, incluido el señalamiento explícito de sus razones.

En tercer lugar, Revista Geográfica Venezolana. Se trata de la publicación cuya editora, molesta, criticara nuestros métodos sin agradecer nuestros hallazgos y prometiera una investigación respecto del plagio informado. Cien días más tarde y con tal sencilla pesquisa en aparente suspenso, volvimos a alertar a Joseph Scarpaci, autor del trabajo plagiado y publicamos nuestro intercambio por correo. El 29 de junio, decíamos a Scarpaci: "ponemos a su disposición ambos plagios obtenidos en la fecha a través de internet si problemas técnicos le impidieran el acceso".
Scarpaci se dirigió ese mismo día a las autoridades de la revista exigiendo la inmediata remoción y las necesarias disculpas. Su editora respondió ese mismo día aclarando que se había enterado "por vía indirecta (nunca recibí en mi condición de editora responsable de la Revista Geográfica Venezolana la denuncia formal del plagio al artículo de su autoria, publicado en nuestra revista)"; curioso, cuando meses atrás nos había respondido -y reprobado- en su explícita condición de editora responsable). En ese envío, informaba a Scarpaci que "hace poco" había enviado la indicación de removerlo, lo cual "puede usted confirmar en el site: www.saber.ula.ve/regeoven".
A partir del 30 de junio del corriente y en lugar del artículo plagiado puede leerse: "Este artículo fue removido por evidencias confirmadas (año 2006) por los editores de la revista, de plagio académico. Por tal razón, pedimos excusas públicas al verdadero autor, profesor Joseph L. Scarpaci, así como a nuestros lectores". Los editores, Mérida, 20 de junio de 2006".
Queda a consideración de cada cual si mentimos a Scarpaci y a nuestros lectores al afirmar haber obtenido el plagio desde ese mismo acceso el día 29 o bien si la fecha de la nota que da cuenta de su remoción observa unos diez días de retraso.
Detalle, a estas alturas, quizás irrelevante: Revista Geográfica Venezolana ha quitado su escandaloso plagio del servidor de la ULA con mención de los motivos y expresión de sus disculpas.

Estas son la únicas tres revistas que a la fecha removieron de sus sitios web todos los plagios editados y dieron cuenta, uno a uno, de las razones. Aún le cabe a Aldea Mundo la responsabilidad de garantizar el retiro de las copias y versiones que circulan en otras redes informáticas y a las tres, la de implementar los modos eficaces de advertir y retractar sus versiones impresas.
Nos hubiera gustado, por supuesto, algún tipo de reconocimiento público por el detallado trabajo que permitió a estas revistas identificar esos fraudes y retirarlos de sus páginas. Incluso que nos dieran amable aviso en ocasión de las remociones y agradecieran nuevos datos acerca de viejos plagios que, pese a la firma de autor, nunca habían investigado. Nos hubiera gustado pero, claro, sobre gustos no hay nada escrito.
Eso sí, esperamos -y siempre esperamos- que otras publicaciones se sumen a estos elementales ejercicios de responsabilidad editorial, porque a la fecha ninguna otra lo ha hecho.
Hasta el lunes.

ecoestadistica.com